Desde siempre interesa el complejo hecho de conocer y comprender al otro, incluso a uno mismo, aunque no seamos tan conscientes de ello.
Sumado a eso estamos atravesados por la vorágine de cambios en la operación y el distanciamiento físico que nos trajo la pandemia, lo cual no colabora con poder tener encuentros de calidad y cantidad suficientes. ¿Quién puede decir que el distanciamiento de 2 metros, no abrazar, trabajar remoto, solo le impactó en el plano físico?
Los seres humanos, somos una integridad física, intelectual y emocional, aunque inconscientemente a veces lo neguemos. La distancia física, impactó en todo nuestro ser y en nuestros vínculos es por esto importante hacernos cargo de ello y actuar de manera que esa distancia no sea además social y emocional respecto al otro.
Atento a ello y otros fundamentos que desagregaremos más adelante, es que necesitamos más comunicación abierta y espacios de compresión.
Empleados, dueños-socios y familiares, tienen intereses distintos en lo que se refiere a la empresa. Podemos agrupar esos intereses en grandes conjuntos según el lugar que ocupan en el sistema. Es decir, difieren los intereses según si se ubican en el ámbito de quienes detenta la propiedad, si trabajan en la operación del negocio, o bien si pertenecen a la familia del dueño/a, pudiendo identificarse con uno o más ámbitos.
Pero no termina allí el entender los intereses, hay más particularidades a considerar para definir qué quiere una persona y cómo se vinculan.
En el caso de los colaboradores, sus intereses tallan el “contrato psicológico”. Edgar Schein, profesor en el MIT, autor que acuñó este particular término, lo define como un conjunto de expectativas (intereses) que el trabajador tiene implícitas y que no están dichas ni escritas formalmente. Agrega que muchos de los conflictos se originan por incumplimientos de ese contrato psicológico.
La llave para entender a las personas
Por qué es fundamental conocer los intereses de quienes conforman un equipo de trabajo
Pensemos en el equipo y cuán clave es para el éxito de un negocio, o cuando pierden un colaborador con competencias difíciles de encontrar, o cómo la rotación impacta en: imagen, servicio, calidad, costos, etc.
Si coinciden en alguno o en todos esos puntos, seguro también lo harán respecto a lo fundamental que es conocer sus intereses, cuestión que no siempre es atendida o comprendida.
Porque acertar en este diagnóstico, será esencial para una buena gestión. Necesitamos este input para armar procesos y políticas que hagan simple y satisfactoria la estadía en la organización. Mejor aún, podríamos vincular esos intereses con el propósito de la empresa, hasta lograr tener colaboradores movilizados de una manera más potente con su rol y la organización.
¿Cómo conocer los intereses? Desde la primera entrevista de selección indagan, mediante mapeos de perfiles, en los encuentros de feedback y desarrollo, o bien en una evaluación de potencial. Según la situación de la empresa, se define el mejor modo de abordarlo.
Lo importante es entrenar esa escucha, pedir constantemente a quienes gestionan personas, que tengan esa comprensión y empatía.
En los talleres que realizamos con equipos de trabajo las personas aprenden a reconocerse en sus diferentes estilos de personalidad e intereses y a mejorar gracias a aprovechar la complementariedad de sus diferencias.
En los mapeos de perfiles los participantes, rescatan habitualmente aprender a comunicarse diferente desde un conocimiento mayor del otro y de sí mismos, poniendo en valor lo diferente, cuando antes eran percibido como amenaza. Achicar la distancia, identificando conexiones y distancias entre las personas y entre ellas y la empresa es trabajar en fortalecer la cultura y el compromiso.
Familiares y socios
En cuanto a los socios de las empresas familiares, muchas veces necesitan destrabar algo que aparentemente no tiene una causa, o bien, quieren distender una situación de insatisfacción puntual.
En estos casos trabajamos con un “mapa” de Intereses para los accionistas, lo cual les permite visualizar y comprender qué quieren de manera más completa y profunda. Detectamos cuáles son los puntos de encuentro y cuáles serían los intereses que están en tensión y porqué
Si esa tensión no se aborda, con el tiempo y al ser esos intereses cambiantes y diversos, suele aparecer conflictos, lentitud en los procesos de toma de decisiones, cuesta el consenso y con el tiempo se afecta el mismísimo “afecto societario”.
Javier Dulom, director de aqnitio, ofrece un punto de vista interesante al respecto y dice “el afecto societario es esencialmente la voluntad de asociarse y se funda habitualmente en intereses diversos. Por ejemplo, puede que el interés sea únicamente la complementación financiera -unos necesitan dinero, y los otros lo tienen-, entonces el afecto societario existe, aunque, a mi criterio, de forma débil y con alto potencial de tensión, marcado por el aspecto utilitario de los intereses que configuran el vínculo. En cambio, si el interés se basa en alguna complementación, pero además está fundado en valores, propósitos y una visión en común, suele dar origen a sociedades trascendentes, con mística y mayor potencial de crecimiento”.
Abrir este mapa de intereses permite tener la guía para desbloquear y distender la tensión, y ver las posibilidades de seguir construyendo en base a más puntos en común, o bien trabajar para resolver la tensión ordenada y sanamente.
Por otro lado, nos cruzamos con los intereses de familiares que, en algún rol, se vinculan con la organización, siendo accionistas, empleados, directores o alguna combinación de ellos. Allí encontramos como la misma historia que une al mismo tiempo puede generar desencuentros.
En este sentido, es importante visualizar y destejer las redes de inferencias y preconceptos que las vivencias hayan forjado y conversar desde un lugar más libre y posibilitador.
Los intereses de familiares suelen ser mirados con poco detenimiento, dado que solemos creer conocer al otro y omitimos la existencia de puntos ciegos: cualidades, intereses y problemáticas guardadas. La mirada externa de un especialista puede ser de gran utilidad para guiar esta construcción en contextos de respecto y confianza.
Por Claudia Bianchi
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