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Por Ignasi Clos.

https://www.grandespymes.com.ar/2020/01/26/10-mitos-de-la-innovacion-abierta/

Mito 1: La innovación abierta es abrir la captura de ideas

En Induct hablamos a diario con directores de empresa, gerentes, responsables de innovación, de marketing o gestión del cambio, entre otros. Y todavía nos encontramos con percepciones erróneas de lo que es y deja de ser la innovación abierta. Así que hemos pensado que por qué no clarificar las cosas en un post, ¡y esperamos vuestras ayudas!

La innovación abierta es, tal y como lo definió el profesor Henry Chesbrough, padre del concepto de innovación abierta, Decano de la Haas Business School de Berkeley en California, y también Presidente de nuestro Comité Asesor:

La innovación abierta es el uso intencional del conocimiento interno y externo para acelerar la innovación interna y ampliar los mercados. Esto implica que las organizaciones deben ser capaces de utilizar tanto las ideas internas como externas para el desarrollo de la innovación.

Veamos ahora, algunos de los que consideramos mitos creados alrededor de la innovación abierta:

Este postulado es muy típico y lo podremos encontrar en muchas empresas, que abren el proceso de captura de ideas a un grupo determinado de personas, para seleccionar algunas de ellas (en el mejor de los casos), y automáticamente ponerse a desarrollar la idea y el proyecto de innovación internamente, sólo con recursos internos.

Cierto, la innovación abierta se puede hacer abriendo la fase de ideación, pero la pregunta que toca plantearse aquí es: ¿por qué parar la apertura del proceso de innovación en una fase tan inicial? Seguramente es más sencillo abrir el proceso de captura de ideas, pero la innovación abierta es un modelo de innovación que puede ser aplicado en todas las fases del proceso, desde la ideación hasta la comercialización.

Mito 2: La innovación abierta significa tener que ser abiertos, siempre

Falso. Una de las claves del éxito de la innovación abierta es saber qué fase del proceso de innovación tiene más sentido abrir al exterior. La lógica indica que deberíamos abrir aquellas fases del proceso de innovación en las que la empresa no tiene un claro factor diferenciador.

Para volver al ejemplo del Hospital de Sant Joan de Déu en Barcelona, con la identificación de mejoras aplicables en las mochilas que usan los niños para llevar sus libros al colegio: tiene sentido abrir el proceso de innovación en la fase de comercialización, para encontrar un partner que tenga un mejor acceso al segmento de mercado objetivo. Y en esta fase encontraron a la firma Miquel Rius, especializada en productos escolares infantiles.

Mito 3: La innovación abierta sustituye la I+D interna

La innovación abierta se ha aplicado, podríamos decir que mayoritariamente, en los primeros años de expansión de este modelo de innovación a la I+D, mediante plataformas de innovación abierta, con un enfoque científico, como Innocentive o NineSigma. Pero igual que la innovación no es sólo innovar en producto, la innovación abierta no es sólo I+D, y por tanto no sustituye a la I+D.

Un caso muy completo de innovación abierta es el del desarrollo del Boeing 787, el Dreamliner, a través de la comunidad “World Design Team”: durante las últimas fases del proceso de nueva comercialización del avión, Boeing implicó a clientes, pilotos, empresas del sector, usuarios, entusiastas de los aviones, y pasajeros potenciales a través de una serie de vídeos y del website corporativo, permitiéndoles explorar el avión, identificar, y proponer mejoras. Incluso fue precisamente esta comunidad la que le puso naming al producto.

Mito 4: La propiedad intelectual entra en peligro con la innovación abierta

A la hora de llegar a acuerdos con agentes externos, la gestión de la propiedad intelectual será un aspecto fundamental, pero en cualquier caso existen fórmulas sencillas para gestionarla, como las Letters of Understanding o Memorandums of Understanding, o acuerdos más formales como los Non-Disclosure Agreement, Confidential Agreements, o Confidential Disclosure Agreement, que evitarán problemas futuros.

Se trata por tanto de sentar las condiciones de los acuerdos, las reglas del juego, desde el principio, para evitar problemas futuros. En especial, las partes que participen en iniciativas de innovación abierta, sobre todo cuando se trate de dos empresas que aúnan esfuerzos, deberán dejar claros aspectos como la exclusividad, la repartición de ingresos, o qué va a pasar si el trabajo conjunto no llega a buen puerto (por ejemplo: ¿qué parte del trabajo realizado se puede “quedar” cada compañía?)

Mito 5: La innovación abierta me permitirá encontrar rápidamente productos listos para ser lanzados al mercado con éxito

Sin negar la posibilidad de que esta situación pudiera ocurrir, el verdadero potencial de la innovación abierta se produce cuando una empresa u organización está en busca de un aspecto muy concreto que internamente no puede o sabe solucionar, y que en cambio puede ser fácilmente encontrado o desarrollado por agentes externos, como en el caso de las Pringle Prints y el científico italiano.

Mito 6: La innovación abierta es cara

Entre los esquemas clásicos de investigación, desarrollo e innovación (I + D + i) y el esquema de negocios abiertos (open business) que presentan las compañías más exitosas, se encuentra un continuo de posibilidades en las que la innovación abierta (en diversos grados de implantación) juega un papel crucial.

La innovación abierta puede ser mucho más barata que la innovación tradicional, modelo bajo el cual, una empresa apuesta por una solución sin consultar al exterior y predice (peor que bajo el modelo de innovación abierta) sus resultados potenciales en el mercado. Como hemos visto en el estudio de Forrester, el ROI de la innovación abierta es del 74%.

Sirva como ejemplo el 40% del código del navegador Safari, desarrollado por programadores externos por la simple razón de mejorar la experiencia de navegación en Internet. ¿Cuánto le cuesta a Firefox este modelo de innovación en producto? Otro muy buen ejemplo es Lego, que comercializa nuevos productos propuestos por usuarios y clientes, sólo cuando estas nuevas propuestas alcanzan en su comunidad de innovación más de 10.000 apoyos, es decir: cuando se sabe que el producto va a ser rentable.

Mito 7: La innovación abierta sólo es aplicable a los agentes externos a la organización (clientes, distribuidores, proveedores)

Existe la creencia de que la innovación en abierto consiste en innovar con agentes externos. Más bien, la innovación en abierto significa el uso del conocimiento de una “masa” (o “crowd“) para innovar, y esta masa puede perfectamente ser representada por el conjunto de oficinas, departamentos, y profesionales de una misma empresa.

De hecho, existen grandes oportunidades de innovación en los vacíos existentes entre unidades de negocio, departamentos y oficinas de una misma empresa, debido sobre todo al elevado grado de jerarquización en muchas empresas, que impiden el desarrollo de grandes oportunidades de colaboración. Procter & Gamble vuelve a ser un gran ejemplo en este sentido, donde retos de una unidad de negocio (por ejemplo, productos de limpieza) pueden ser solucionados por los equipos de otras unidades de negocio (productos de belleza, por ejemplo).

Mito 8: La innovación abierta afecta exclusivamente al área de negocio

Precisamente éste es uno de los aspectos a los que el propio concepto de innovación abierta pretende “atacar”. La innovación atañe a todos, desde el área de I+D+i hasta el de administración y tesorería, pasando por ventas. La innovación toma muchas formas distintas y desde cualquier ámbito se puede innovar.

En comunidades de innovación abierta (veremos más adelante, cómo la innovación abierta ocurre en “comunidades”), profesionales de una empresa pueden participar para innovar en procesos internos, clientes en nuevos productos, y empresas en mejoras de eficiencia de procesos “cross” comunes de un mismo sector.

Mito 9: La innovación abierta es co-creación

Otro de los grandes mitos. Co-crear es solo una de las muchas formas que puede tomar la innovación abierta. La innovación es un proceso, y la creación es sólo una parte del mismo.

Se puede abrir el embudo de innovación en fases puntuales del proceso, por ejemplo, en la creación de un producto o servicio, pero también en la fase de prototipaje (colaboración con comunidades de makers), el aprovisionamiento (crowdsourcing), o se puede innovar con la perspectiva del cliente en mente (capturando “inputs” del cliente), por citar otras formas de innovación abierta. En definitiva, no todo es co-creación.

Mito 10: La innovación abierta es sólo para las grandes multinacionales

Las pequeñas y medianas empresas tienen un rol muy importante en las comunidades de innovación abierta. Si bien las pequeñas empresas (imaginemos una startup tecnológica) no van a liderar una comunidad de innovación, sí que pueden estar perfectamente capacitadas para aportar nuevas soluciones a retos de innovación de otras empresas, o de establecer acuerdos y alianzas para el codesarrollo de nuevos productos.

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Sobre el autor:

Ignasi Clos

Socio y Director de Proyectos de Innovación Abierta en Induct SEA, S.L.

Graduado en Negocios y Marketing internacional. Fue consultor de internacionalización en las oficinas de los Estados Unidos de Acc10 (Nueva York y Miami) durante 2 años, consultor de Estrategia y Operaciones en Deloitte, SL durante 4 años, y desde 2010 está involucrado en el mundo de la innovación y el emprendimiento, como consultor para pequeños emprendedores, y como Socio Director de Proyectos de Innovación Abierta en la oficina en Barcelona del Grupo Induct.