El término sintetiza en una sola palabra el contexto en el que vivimos y en el que se llevarán adelante los negocios en los próximos tiempos
En el mundo empresarial siempre se intenta brindar una denominación genérica a cada uno de los fenómenos que se desarrollan. Pero -como bien se dice- cambia, todo cambia. Y hasta los paradigmas para enfrentar el cambio también cambian. En momentos en los que nos encontramos iniciando un nuevo ciclo, cuando nos enfrentamos ante una velocidad inusitada en los ciclos de transformación, se torna indispensable comprender los modelos de referencia que nos permitan proyectar.
En esta dirección, Jamais Casio, futurólogo e investigador del Institute for the Future, considera que estamos en un tiempo en el que confluyen -entre muchos otros inconvenientes- la pandemia global, los desajustes políticos y los desastres climáticos. Desde ya, en nuestra geografía podríamos agregar varios -muchos- fenómenos adicionales. El especialista entiende que los enfoques que hemos desarrollado a lo largo de los años para reconocer y responder a las perturbaciones comunes parecen cada vez más inadecuados o insuficientes cuando el mundo parece desmoronarse, por lo que sugiere generar un nuevo método para comprender la forma que toma esta era de caos. Sintetiza su idea afirmando que es difícil ver el panorama general cuando todo insiste en colorearse fuera de las líneas.
La idea de VUCA (en inglés y VICA en español) se empezó a utilizar para describir a los escenarios -volátiles, inciertos, complejos y ambiguos- que nos enfrentábamos desde el fin de la Guerra Fría, impulsada por la Escuela de Guerra del ejército de Estados Unidos. En años más recientes se llevó tanto al campo organizacional como al empresarial y se referenció en numerosos trabajos e investigaciones. Hemos afirmado también que la aceleración que ha tomado el contexto en los últimos tiempos llevó a considerarla como VUCA elevado a la COVID-19, es decir un VUCA exponencial. Sin embargo, podemos visualizar que esta noción es, en palabras de Casio, insuficiente y no del todo representativa para los desafíos que estamos enfrentando hoy.
Y es así que propone un nueva -o complementaria- forma de describir el escenario actual, con un nuevo acrónimo denominado BANI: Bien frágil/quebradizo (Brittle), Ansioso, No Lineal, Incomprensible. La propuesta de BANI es un enfoque para enmarcar mejor y poder generar las preguntas apropiadas al estado actual del mundo. Sugiere que muchos de los desajustes que están desarrollándose actualmente son tan sorprendentes que terminan siendo completamente desorientadores. Su simple manifestación no solo incrementa el estrés que experimentamos, sino que lo multiplica. Ahí lo disruptivo, que nos deja sin el kit de herramientas para enfrentarlo. Soluciones del pasado ya no nos resultan útiles ni significativas.
Analicemos en detalle cada uno de los componentes del contexto BANI
Al ser frágil, estar ansiosos por encontrar la solución y ser no lineal se torna impenetrable y lo hace más frágil, nos pone más ansiosos y provoca menor linealidad (Shutterstock)
B: Bien frágil, quebradizo
Cuando tenemos recursos que son bien frágiles y quebradizos, los tendemos a cuidar mucho, ponemos todo al servicio de su seguridad. Los mismos sobreviven mientras esa barrera impide el ingreso de cualquier factor que los impacte negativamente. Sin embargo, cuando ese potencial se convierte en realidad, no solo se rompe, sino que se quiebra en mil pedazos, como la copa de cristal. Los sistemas frágiles, afirma, son sólidos hasta que dejan de serlo. Esa ilusión de fortaleza, se puede hacer añicos cuando llega el golpe. Lo ejemplifica con los monocultivos, que pueden ser una excelente opción y rendimiento máximo, hasta el momento en que algún inconveniente impacta negativamente y el rendimiento pasa de máximo a negativo.
La fragilidad extrema también se puede visualizar en los sistemas tecnológicos, energéticos o hasta en los democráticos. Una falla en cualquiera de ellos (y ya hemos tenido numerosos ejemplos en cada uno de los rubros) puede desatar una serie de impactos en cadena inimaginables. Desde ya, el solo pensar en ello nos genera mucha ansiedad.
A: Ansioso
La ansiedad es un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Es la preocupación y miedo intensos, excesivos y continuos ante situaciones cotidianas. Es tratar de traer el futuro al presente, e intentar que se resuelva todo rápida y favorablemente. Se transforma en un trastorno mental cuando esas sensaciones de preocupación, impaciencia o miedo son tan fuertes que interfieren con las actividades diarias de quien las padece. El gran tema que tenemos hoy, es que esa ansiedad conlleva una sensación de impotencia, el temor de que no importa lo que hagamos, siempre será lo incorrecto. Estamos ansiosos por saber qué es lo próximo que ocurrirá y nos damos cuenta que lo que es novedoso rápidamente se convierte en obsoleto y tenemos pánico a no estar informados de cada tema, cada minuto. Y podemos caer en la parálisis o en el apresuramiento, en un mundo de sobre-información 24×365. Sobre-abundancia informativa que solo nos genera más ansiedad y mayor desconocimiento.
N: No lineal
Acostumbrados a que causa y efecto estén relacionados, nos enfrentamos ante fenómenos que no lo están y ello nos desestabiliza. Pequeños hechos pueden desencadenar grandes consecuencias o bien puede haber un desfasaje muy grande entre el origen y la secuela. La exponencialidad, precisamente, nos depara este tipo de situaciones y el COVID-19 fue una muestra bien clara de este tipo de desarrollo poco explicable o entendible para cada uno de nosotros. Algo similar sucede con el cambio climático y las consecuencias en el medio ambiente. Pero no solo eso, ejemplos parecidos podemos encontrar en economía, en política o en temas de seguridad. La desproporcionalidad de las consecuencias nos sorprende y nos genera apresuramiento o nos deja inmóviles.
I: Incomprensible
Y es por todo ello que, en muchas oportunidades, nos resulta imposible comprender. Vemos diferentes hechos que escapan a nuestra capacidad de entendimiento, con los patrones habituales y con los recursos internos que disponemos. El obtener mayor información no nos clarifica– incluso nos genera mayor confusión-.
Tal vez, lo que resulta enigmático hoy, pueda develarse en el mediano o largo plazo. O aquellos misterios que intentamos descubrir con los paradigmas y las interconexiones que podemos realizar no sean suficientes. Al ser frágil, estar ansiosos por encontrar la solución y ser no lineal se torna impenetrable y lo hace más frágil, nos pone más ansiosos y provoca menor linealidad.
¿Cómo enfrentar a los desafíos que nos propone el BANI?
El propio Casio reconoce que podría llevarnos a escenarios apocalípticos o de depresión, pero recalca que estamos ante una nueva era, es como pasar del estado líquido al gaseoso (Shutterstock)
El propio Casio reconoce que podría llevarnos a escenarios apocalípticos o de depresión, pero recalca que estamos ante una nueva era, es como pasar del estado líquido al gaseoso. Y es allí donde propone que la extrema fragilidad podría enfrentarse con el desarrollo de la resiliencia – y podríamos agregar creatividad y también antifragilidad, en términos de Nassim NicholasTaleb- ; a la ansiedad se la puede aliviar a través de la empatía y la atención plena -complementamos con visión y compasión-; la no linealidad requiere contexto y flexibilidad – podríamos adicionar agilidad emocional, mental y de aprendizaje – ; y la incomprensibilidad demanda transparencia e intuición – a lo que le sumaríamos agudeza y velocidad-. Desde ya, consideramos que la serenidad y la humanidad más la apropiada utilización de datos y tecnología complementan el set de habilidades requeridas.
Como hemos descrito, la aparición de cualquier Cisne Negro – un evento no planificado, impensado previamente, de gran magnitud y que una vez acontecido termina naturalizándose- puede desencadenar muy rápidamente una infinidad de consecuencias que nos permiten tomar perspectiva de por qué BANI es una manera de ilustrar muy gráficamente cómo nos aproximamos.
Podemos suponer que, definitivamente, estamos transitando del mundo VUCA al BANI. No es una moda ni una inestabilidad pasajera, sino que se transforma en tendencia y tendremos que convivir con ella de la manera más saludable y sustentable posible. Y, siguiendo la idea propuesta oportunamente Martin Luther King: “Incluso si supiera que mañana el mundo se haría añicos, aun plantaría mi manzano”. Y cuando no tenemos todas las respuestas, empezar por hacernos las preguntas más potentes puede ser un camino apropiado.
Por Alejandro Melamed
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