Las organizaciones deben contar con una cultura propia que sea capaz de desenvolverse y adaptarse a un entorno en constante cambio.
De proyectos unipersonales a grandes compañías, pasando por autónomos, ‘startups’, ‘scaleups’ y pymes. Hoy en día existen tantos tipos de empresas y organizaciones como sectores en los que desarrollar su actividad, pero todas comparten un objetivo común: hacer realidad su visión y conectar con su público objetivo. “El mayor reto de muchas empresas, tengan la forma jurídica que tengan y sean de la dimensión que sean, es ser capaces de desarrollar una cultura de empresa propia, atractiva, diferencial, alineada con su propósito, audiencia y perfil de trabajador, y ser a la vez capaces de abrazar nuevas formas y fórmulas de trabajo, manteniéndose abiertas al cambio y coherentes consigo misma”, apuntan desde Ibercaja Empresas, que alude a la transformación cultural como un pilar clave para lograr este objetivo.
Junto a una reinvención de la cultura empresarial, la innovación, la digitalización, la sostenibilidad, la diversidad y el emprendimiento son los aspectos que desde esta entidad señalan como imprescindibles para garantizar el éxito empresarial. Así se recoge en el cuestionario que Ibercaja Empresas ha desarrollado en su web, para ayudar a grandes, medianas y pequeñas empresas a conocer su situación y mejorarla de cara al futuro.
El entorno VUCA: los retos de una política transformadora
VUCA es el acrónimo utilizado para describir la volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad de condiciones y situaciones. “Nos encontramos inmersos en un entorno VUCA en el que los procesos de transformación se aceleran. Eso ha precipitado el necesario rediseño de las organizaciones. En la transformación, uno de los cimientos centrales es la cultura organizacional, dado que permite comprender cómo es el ser -comportamientos de las personas- y cómo es el hacer -hábitos y procesos- de una organización en su camino hacia el propósito que la define”, explican desde Ibercaja Empresas.
Ante este entorno VUCA, desde la entidad recogen algunas medidas que se pueden aplicar, como son:
- Sistemas de información completos y rápidos para estrategia y procesos que permitan disponer de las novedades que puedan surgir en el ecosistema.
- Simplicidad y sencillez en estrategias y procesos, que estén definidos como marcos flexibles y con información para reaccionar con agilidad.
- Personas competentes y comprometidas.
- Cultura de transformación.
No obstante, este proceso también supone dificultades: Comunicación errónea entre emisor y receptor.
- Resistencia al cambio.
- Adaptación de la estrategia de transformación al sistema de valores de la organización.
- Diferenciación entre cambios progresivos y radicales.
- Conseguir que los empleados sean partícipes.
El papel de las personas en la cultura empresarial
La construcción de la cultura organizacional facilita el desarrollo de las estrategias y objetivos de la empresa, pero para lograrlo en un entorno tan cambiante como el actual es primordial poner el foco en las personas. “Las personas deben ser el centro de las organizaciones, porque son las que dotan de significado cada acción. No refiriéndose a las personas como sujetos productivos que requieren cuidado, si no a seres humanos cuyas vivencias individuales y colectivas afectan a la forma de ser, de mostrarse y de ser interpretadas las organizaciones “, apuntan desde Ibercaja.
“Una cultura vivencial de empresa, diseñada a partir de un para qué flexible a reinterpretar las cambiantes necesidades humanas de las personas inmersas en el sistema de funcionamiento de la organización -interno y externo-, que además ocupe un lugar de honor en la inquietud de sus directivos y que tenga voz y voto a la hora de realizar planteamientos estratégicos, será una firme candidata para conquistar el mercado “, concluyen.
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